REVOLUCIÓN O HIPERINFLACION: WEIMAR REDUX

Durante la primera mitad de la década de los 20, un trabajador alemán podía llevar en un solo billete una riqueza nominal mayor que la que hubiese podido atesorar, en condiciones normales, tras años de esfuerzo. Por desgracia, era tan solo eso, nominal. Humo.

La combinación de factores como los gastos militares asociados a la recién concluida I Guerra Mundial, la sed de venganza que dictó los términos del Tratado de Versalles (ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Versalles_(1919)) o la posterior ocupación franco-belga de la cuenca del Ruhr (ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Ocupaci%C3%B3n_del_Ruhr) condujo al colapso socioeconómico alemán.

1 dólar, 1 millón de marcos

En un ambiente pre-revolucionario y de violencia política extrema, las constantes pérdidas de de valor del reichsmark hacían que los ciudadanos se lanzasen a adquirir artículos de primera necesidad tan pronto recibían sus salarios, bajo la amenaza de descabellados incrementos de precio casi de hora en hora. El pueblo alemán, bajo la bota de la miseria y el hambre, comenzaba una senda sin retorno hasta lanzarse en brazos del NSDAP (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei – Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes) de Adolf Hitler.

Noventa años después, corremos serio riesgo de caer al abismo de un escenario similar. Y es que la subordinación de la economía productiva tradicional a los intereses del capitalismo de casino – y del cerrado círculo de actores con capacidad real de influir en el mismo – lleva en si  la semilla de la destrucción del sistema.

Según datos del Banco Mundial, el Producto Interior Bruto (PIB) global se mantuvo en el entorno de los 60 trillones de dólares en 2010. Pues bien, abriendo un arco para facilitar el consenso, se calcula que los activos tóxicos (derivados ultracomplejos, hipotecas subprime, etc.) – en esencia dinero inexistente y deuda irrecuperable – suponen entre 5 y 10 veces dicha cifra.

Lo perverso de todo esto es que esta masa de capital incontrolada, que no conoce límites fronterizos ni temporales (gracias a prácticas como las transacciones de alta frecuencia, ver punto 9, dedicado a capitalismo Skynet: http://bit.ly/r3iZAY) solo adquiere carne mortal  para la ciudadanía cuando llega el turno de socializar las pérdidas. En esencia, los especuladores financieros – nuestros respetados banqueros, como Fainé, Botín o González, entre ellos – vampirizan los recursos de la economía real con la exigencia  de desregulación, privatizaciones, etc.; en definitiva, claman por la voladura de la democracia social como modelo de convivencia, con la consiguiente destrucción del Estado del Bienestar.

En este sentido, es de justicia reconocer que algunos economistas y periodistas especializados colocados del lado oscuro comienzan a advertir, con evidente pánico, que el ‘capitalismo con red’, la filosofía del ‘too big to fail’ (demasiado grande para caer) y las ‘entidades sistémicas’ está en la génesis del hundimiento de la economía mundial. Los seres humanos tendemos a comportarnos de manera irresponsable cuando percibimos que nuestros actos carecen de consecuencias (…) la delgada línea entre la desregulación y la impunidad (…)

Una vez situados en contexto, es especialmente ilustrativo comprobar el origen de los fondos anticrisis que obtienen las instituciones públicas y privadas con algún rol que jugar – en teoría – en un escenario de reactivación económica:

–       Gobierno de España: incremento de las emisiones de deuda soberana.

–       Comunidades Autónomas: emisiones de deuda ‘autonómica’ o ‘patriótica’, según el caso, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana o Andalucía p.ej.

–       Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB): emisiones de deuda (ver: http://www.elpais.com/articulo/economia/FROB/emite/deuda/1400/millones/euros/elpepueco/20111013elpepueco_14/Tes).

–       Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico (FADE) emisiones de deuda (ver. http://es.finance.yahoo.com/news/Espa%C3%B1a-flexibiliza-emisiones-reuters-2762326052.html?x=0)

–       Banca española: emisión de bonos y cédulas hipotecarias (ver. http://www.lne.es/economia/2010/10/25/banca-espanola-capta-35000-millones-emisiones-3000-millones-ventas-red/985101.html)

–       Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (o Fondo de Rescate): emisiones de deuda (ver: http://www.diarioabierto.es/38907/fondo-rescate-europeo-elige-barclays-deutsche-bank-hsbc-proxima-emision).

Podría continuar, pero considero cumplido mi objetivo: mostrar cómo se alcanza el clímax de lo absurdo, al emitir deuda para pagar la deuda colocada en el mercado a fin de que otra deuda previa no acabe colapsando el sistema. Es delirante, aterrador, el Sombrerero, la Liebre y el Lirón a los mandos de la nave (…) mientras que – para nuestra desgracia – no tenemos escapatoria más allá de nuestro lado del espejo (ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Las_aventuras_de_Alicia_en_el_pa%C3%ADs_de_las_maravillas#Cap.C3.ADtulo_VII:_Una_merienda_de_locos).

Lagarde, FMI

Cada nuevo fracaso en las medidas adoptadas por las instituciones internacionales – UE, G-20 o FMI –  da paso a explicaciones más y más lisérgicas. Subterfugios y neolengua diseñados con el único fin de confundir a la ciudadanía, mientras se la despatrimonializa, se destruyen sus espacios de convivencia y se avanza de forma inexorable hacia el totalitarismo (ver: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/17/economia/1318880935.html).

Esto se cae. La única salvación para los cooperadores necesarios y los responsables de que hayamos llegado a la situación actual pasa por dos elementos fundamentales: 1) devolver al ciudadano al estado de siervo y absorber sus rentas directas (salarios p.ej.), acabando con las indirectas (educación, sanidad, etc.) 2) reducir radicalmente el valor real de la deuda provocando artificialmente una  espiral hiperinflacionista (…) volvemos a Weimar.

En la Alemania del intervalo 1919-1933 – durante el que el valor efectivo de la moneda se limitaba casi al momento de emisión – se hicieron enormes fortunas mientras las urbes germanas se ahogaban en miseria y lo que podríamos calificar de guerra civil de baja intensidad.

¿Cómo?, actores con alto poder económico y acceso a los círculos políticos  – como el llamado nuevo káiser, Hugo Stinnes (ver: http://en.wikipedia.org/wiki/Hugo_Stinnes) se enriquecieron de modo desmedido adquiriendo empresas arruinadas recurriendo al crédito – en una maniobra en apariencia suicida en un contexto de colapso – pero que les resultó extraordinariamente provechosa. A trazo grueso, el peso real de las deudas contraídas se redujo casi a cero con las sucesivas devaluaciones del reichsmark.  Así, paradójicamente, quienes se comportaron con más sensatez durante la etapa Weimar fueron los más perjudicados. A su vez, y en nuevo punto común con la situación actual, buena parte de los más ricos concluyeron esta travesía de pesadilla, grabada a fuego en el volkgeist alemán, acumulando aún más riqueza.

Sin embargo, estimado lector, no intente recurrir al ejemplo de Herr Stinnes porque su banco no va a concederle préstamo alguno, salvo el improbable caso de que Ud. se encuentre en la categoría de ‘actores con alto poder económico y acceso a los círculos políticos’. ¿Qué nos queda, entonces?.

Portada 'Hay alternativas'Como exponen magníficamente Vincenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón, incluso entre las sombras presentes, ‘Hay alternativas’ (ver y descargar: http://www.attac.es/hay-alternativas-nuevo-libro-de-vicenc-navarro-juan-torres-y-alberto-garzon/). Debemos trabajar con ahínco – por pequeña que parezca nuestra aportación – por resetear el sistema, contribuyendo a legitimar – entre otros muchos aspectos – la idea de deuda ilegítima: en esencia, y aunque se trata de una variable en formación, traslada a los entornos del ‘primer mundo’ el concepto de deuda generada no con expectativas reales de ser cobrada, sino como vía de extorsión y control de las sociedades e individuos que la contraen, recurriendo, en muchos casos, a prácticas ilegales/alegales como factor agravante (ver: http://www.odg.cat/es/inicio/enprofunditat/plantilla_1.php?identif=456).

Hemos de rediseñar la propia idea de riqueza, que ha de dejar de estar asociada al mito del desarrollo continuo y su contabilización vía indicadores superados como el PIB. Frente al neoliberalismo, tenemos que ser capaces – nos va la vida en ello, literalmente – de oponer un neointernacionalismo cooperativo y solidario, que, entre otras cosas, promueva la deslocalización del conocimiento, mientras aboga por modelos realmente sostenibles como los ligados a los mercados de proximidad y la producción local; un neointernacionalismo que embride al capital financiero y lo subordine a los intereses ciudadanos y de la economía real.

No puede pasarse por alto, asimismo, que los sistemas totalitarios más significativos surgidos desde principios del S. XX han contado en origen con amplísimas bases de apoyo popular. En la Neointernacionalismomayor parte de los casos, situaciones de colapso socioeconómico y agitación política derivaron – tras haber sido generadas con dicho fin – en represión generalizada, jaleada por segmentos importantes de la opinión pública.

Nuestra obligación, la de todas las personas y colectivos que nos consideramos agentes de cambio, pasa por contar, compartir, convencer (…) por creernos a pies juntillas que otro mundo es posible, por no olvidar que refundar el sistema será más sencillo desde ruinas que desde cenizas (…)

 

 

 

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