10 PRONÓSTICOS SOBRE LA EVOLUCIÓN SOCIOPOLÍTICA DE ESPAÑA A CORTO Y MEDIO PLAZO (PARTE I)

Habida cuenta de que agencias internacionales, think tanks, analistas de prestigio, etc. cambian sus pronósticos – ajuste de perspectivas, le dicen – tras encadenar un error tras otro, y sin ningún tipo de pudor, juguemos (…)

1)     El fracaso del segundo plan de rescate griego incrementará la presión sobre la deuda soberana de los países periféricos. Ninguna de las medidas adoptadas tendrá efecto alguno, porque su objetivo no es paliar la crisis, sino continuar con el proceso de financiarización económica y – como consecuencia – forzar un cambio radical de modelo sociopolítico. Revolución neoliberal y regresión democrática, mediante formas de fascismo blando, al menos inicialmente.

2)     Los medios ‘de sistema’ trabajarán sobre dos modelos de interpretación del efecto del 20-N sobre los movimientos especulativos: a) “el fin de la incertidumbre política en España relaja los ataques sobre la economía española” (ante un eventual descenso de la prima de riesgo al comienzo de la semana)  b) “la situación pre-electoral provoca desconfianza en los mercados ante la parálisis del proceso de reformas” (cuando constaten que el argumento conservador según el que la ‘interinidad’ de Zapatero generaba impacto en los mercados de deuda era, simplemente, falaz (…) apenas mala propaganda (…)

El Gobierno de España que salga de la cita electoral se encontrará con un escenario en caída libre. Si un eventual Ejecutivo Rajoy, o Rubalcaba, continúa priorizando la salvaguarda de los intereses de las rentas financieras, se enfrentará con una desagradable ‘sorpresa’.

Los llamados ‘mercados’ (léase apenas una docena de actores – bancos y fondos de inversión – con capacidad de influencia real) dudarán de la capacidad de nuestro país de afrontar sus compromisos con los acreedores. ¿Por qué?: las medidas de ajuste asfixiarán cualquier posibilidad de recuperación económica, lo que a su vez llevará a un encarecimiento de las emisiones de deuda, que – en paralelo – obligará a aumentar las asignaciones presupuestarias al pago de intereses.

Conclusión: Estamos jodidos. El objetivo de este asalto a los fundamentos de la democracia social no es otro que acabar con los restos del Estado del Bienestar y la estructura de servicios de carácter público. De este modo, los fondos asignados a garantizar un marco de convivencia con unos mínimos de redistribución, equidad y solidaridad entre iguales alimentarán la rueda del capitalismo financiero-especulativo.

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3)     La estrategia de fomentar un escenario de ‘guerra entre pobres’ y ‘conflicto entre territorios’ se hará aún más evidente. ‘El empleo blindado de los funcionarios es un anacronismo que perjudica al resto de asalariados’. ‘Los inmigrantes son una carga para los sistemas educativo y sanitario’. ‘El modelo de negociación colectiva debe eliminarse para garantizar una mayor flexibilidad de nuestro mercado de trabajo y facilitar la creación de empleo’. ‘El actual sistema autonómico genera desigualdades en la génesis de la actual crisis’ (…)

La búsqueda del chivo expiatorio se convertirá en moneda de cambio común. Este fenómeno se mostrará con especial crudeza en los oldmedia, que radicalizarán aún más sus posiciones. Los postulados en los márgenes – ultraliberalismo, nacionalismos varios, xenofobia, revisionismo histórico – se convertirán, de forma creciente, en mainstream. La sensatez, valor en baja.

 La meta de este planteamiento estriba en la división entre los colectivos llamados a oponerse al proceso de despatrimonialización y eliminación de derechos y libertades en curso. Una de las claves a seguir, el intento por batasunizar el 15-M a ojos de una opinión pública crecientemente alarmada por el deterioro de la situación socioeconómica.

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 4)     El 15-M incrementará su alcance de forma notable, mientras – en proporción – se generalizarán las maniobras político-mediáticas para transformarlo en un problema de orden público a erradicar.

Las agentes desencadenantes del cambio son hijos de su tiempo y – como tales – su impacto está determinado por el ‘alimento’ social, político, emotivo e – incluso – espiritual de su contexto. En este punto, y sin expectativa alguna de nuevo escenario, el conjunto de variables en la raíz del 15-M no solo no desaparecerán, sino que se agudizarán a medida que las rentas financieras intensifican y desnudan sus acciones de depredación de recursos. Mayo del 68 en esteroides (…)

 Cuatro señales a no perder de vista:

a)      Las iniciativas de desobediencia civil y resistencia pacífica se volverán cada vez más usuales: concentraciones y acciones de calle no autorizadas, okupaciones de espacios públicos e inmuebles vacíos (extensión de la red de centros comunitarios) y refuerzo de la campaña de #stopdeshaucios.

Asimismo, asistiremos a un salto cualitativo, que pasará por acciones coordinadas de insumisión fiscal, retirada de fondos de entidades financieras o el lanzamiento de un símbolo común (lazo, prenda, color) que facilite la adhesión ‘pasiva’ de colectivos ciudadanos no movilizados.

 b)      El discurso de los dos grandes partidos y sus correspondientes terminales mediáticas incluirá – de forma creciente – menciones directas a la estructura institucional en vigor como único marco válido para la resolución de las dificultades que atraviesa el país. El objetivo, obviamente, es la deslegitimación de cualquier alternativa político-social de nuevo cuño.

 c)       La entrada de Bildu en el Congreso de los Diputados tras el 20-N tendrá como consecuencia uno de los juegos perversos que han llevado a la política española al abismo en el que se encuentra. El sentido del voto de la izquierda abertzale en materias de corte socioeconómico se utilizará para deslegitimar el respaldo a las mismas. Sin entrar a analizar los objetivos del grupo independentista y la idoneidad o no de su legalización, es obvia su instrumentalización por el pensamiento conservador para imponer su agenda en aspectos que poco tienen que ver con Euskadi o la banda terrorista ETA.

Hacemos referencia tan solo a una parte de la batasunización del 15-M a la que aludíamos con anterioridad. Su presentación como fenómeno radical, en el mismo plano que ultranacionalistas o grupos antisistema violentos, será creciente. Pero habrá otros colectivos a los que se equiparará, como vía de legitimación, en un giro mezquino y de enorme riesgo: la pléyade de organizaciones neofalangistas, tardofranquistas, o neonazis que conforman lo que podríamos denominar el movimiento pardo español.

d)      Las tradicionales candidaturas de los micro-partidos fascistas como España 2000 o Democracia Nacional y los grupúsculos falangistas aumentaron de forma notable su representación municipal el pasado 22-M. No obstante, su principal amenaza de cara a las próximas generales no es el acceso a la Carrera de San Jerónimo, sino la creciente asimilación de su discurso por parte de las formaciones conservadoras de ámbito nacional y autonómico, como PP o CiU.

Fascistas españoles

 El periodo de campaña hasta el 20-N tendrá entre sus características la vuelta desde la cuasi-marginalidad de los pardos al escenario político nacional, con mayor presencia en el oldmedia, las nuevas cabeceras audiovisuales de extrema derecha y – especialmente – en espacios online. Un impulso al que contribuirá la candidatura de Plataforma X Cataluña, con Josep Anglada como cabeza de lista por Barcelona.

Su regreso generalizado a las calles les coloca en curso de colisión con el movimiento 15-M. Cualquier enfrentamiento o incidente de cierta gravedad será utilizado para ‘igualar’ frente a la opinión pública a quienes defienden la esencia misma de la democracia social con grupos e individuos que alientan la xenofobia o el revisionismo.

La ola de cambio simbolizada por las plazas del 15 de Mayo en las principales ciudades españolas afronta, entre otros, tres retos fundamentales: en primer lugar, encontrar fórmulas que le permitan integrar una masa crítica ciudadana de la que ahora carecen; en segundo, que los líderes naturales del colectivo – personas en la génesis de las primeras acampadas y con un discurso político más articulado – se comporten con generosidad con quienes se les acerquen (el sistema no se regenera expidiendo carnets de pureza ideológica); por último, hallar la manera de que la creación o no de un partido político con el que concurrir a las urnas el 20-N no se convierta en un conflicto abierto, que ponga en riesgo lo conseguido hasta la fecha.

El éxito o fracaso del espíritu de Sol marcará la evolución de la democracia en España, o, siendo más precisos, su preservación o caída de facto. Quizá no de modo tan evidente en la cercana X Legislatura, pero sí en una eventual XI, que aguardan con ansia los involucionistas para hacerse con los despojos del sistema, y reinar entre las ruinas a las que nos aboca la revolución neoliberal, si es que no somos capaces de detenerla.

5)     Educación, Sanidad y Sistema Público de Pensiones, objetivo prioritario de los agentes especulativos. El modelo de capitalismo especulativo-financiero es un esquema Ponzi en estado terminal. Pese a ello, sus principales actores han optado por una huida hacia adelante con un único fin: detraer capital de la economía productiva (pese al exceso de liquidez se restringe el crédito) y de las Administraciones Públicas para mantener el status quo, al menos a corto-medio plazo.

En este contexto, asistiremos – de hecho, lo hacemos ya – a cuatro dinámicas fundamentales:

–       La privatización y/o desmantelamiento de los servicios sanitarios públicos. Fórmulas: degradación de oferta y cobertura (Cataluña p.ej.), introducción del copago, modelo madrileño de centros mixtos y, por último, la aprobación de incentivos fiscales a la contratación de seguros médicos privados. Se dará la paradoja, al igual que en lo relativo a pensiones, que la supuesta insostenibilidad del modelo por falta de fondos se agudiza desde el propio Estado, que financia al sector privado por la vía fiscal.

–       La falta de inversiones en educación pública, mientras los recursos se derivan a los centros privados-concertados (confesionales en la mayoría de los casos) sobre la base de trucos conceptuales como la ‘libre elección’. En esta línea, se producirán alzas notables en las tasas y matrículas universitarias; en paralelo, la mayor parte de los campus nacionales perderán titulaciones por su ‘baja rentabilidad’. Por su parte, el mantra del I+D+i y el cambio de modelo productivo (poco más que retórica vacía, a día de hoy) continuará justificando el abandono de la investigación básica.

–       Pese a la gravedad de los dos puntos anteriores, el verdadero objetivo de los actores especulativos será acabar con el Sistema Público de Pensiones, cuya falta de viabilidad no es más que una profecía política autocumplida. La combinación de medidas como la bonificación fiscal de los planes privados y la reducción de los costes laborales, vía reducción de cotizaciones, estarán en el origen de la crisis del sistema, mucho más que factores sociodemográficos a los que se viene aludiendo hace más de dos décadas.

‘La reducción de cotizaciones permitirá incrementar los salarios y poner el dinero que malgasta el Estado en manos de los ciudadanos’. ‘Los fondos privados de pensiones multiplicarán el valor real de la prestación’. Como resulta evidente, la prestación privada de servicios antes asumidos por lo público conllevará una subida exponencial de precios, que neutralizará un hipotético incremento lineal de salarios. A su vez, aparecerán bolsas de marginalidad condenadas a niveles ínfimos de calidad asistencial y/o a la acción de organizaciones no lucrativas, ante su falta de rentabilidad desde el punto de vista del mercado.

–       Como hemos apuntado previamente, el ‘engrase’ de un modelo socioeconómico moribundo traerá iniciativas desesperadas por parte de unas Administraciones Públicas cautivas y desnortadas. Entre ellas, la oleada de privatizaciones y externalización de servicios, incluidos ámbitos ahora tabú como la gestión hidrológica (que no el suministro de agua, ya en manos privadas en buena parte de los principales municipios del país) o las infraestructuras ferroviarias.

–       Planteamientos como los descritos no harán más que malvender el patrimonio común bajo control estatal, sin que se contribuye a reactivar la economía o saciar la voracidad de los actores especulativos. El paso del sector público español, y de no pocas compañías privadas, a manos alemanas, chinas y, paradójicamente, de fondos soberanos de naciones productoras de petróleo dejará de ser noticia.

 Para la próxima entrada: evolución de la crisis de la deuda e implicaciones sociopolíticas a escala española e internacional en cinco pronósticos adicionales.

 

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